Ricardo Martínez
Editor
El amor entre dos podría liberar a la sociedad occidental de tanta soledad, porque la pareja puede constituir un firme arraigo del ser humano cuando a la luz de unos principios sanos es un verdadero compartir, un verdadero contar del uno con el otro y un estar ahí en todo momento, tanto cuando hace bueno como en tiempos de tormenta.
En los tiempos que corren, en los que no existe la unidad familiar de antaño, y a medida que cumplimos más años, a las personas se nos hace cada vez más difícil encontrar una pareja estable. Esto debido a que el ciudadano posmoderno está desarraigado, muchas veces lejos de su familia, y la mayoría de las veces bastante lejos del vecindario, a pesar de habitar en él. Por lo cual hemos construido una sociedad de solitarios y solitarias, tanto en las amistades como en el tema pareja.
Es muy probable que esa situación se acentúe más con la edad porque las personas se encierran más en sí mismas y aunque la búsqueda no cesa, esta puede que importe menos, o no que importe menos, sino que se vuelve más soterrada y recelosa, ya cada cual comienza a proteger su espacio y encontrar un compañero o compañera de vida, en la mente de cada uno, podría significar la intrusión de uno en el mundo del otro. Muchas veces porque las personas supuestamente ya sabemos lo que queremos, o porque creemos saber lo que NO queremos, y ahí la criba se vuelve mucho más estrecha, por lo cual la tolerancia brilla por su ausencia o si esta aparece es para seguir queriendo a la otra persona preferiblemente sin un lazo de intimidad, sino más bien en una amistad cercana si se quiere.
Por otra parte tod@s tenemos nuestras “mochilas”, nuestras heridas del pasado, nuestras rupturas dolorosas y solemos cargar en nuestras espaldas viejos reproches y malos entendidos que solemos extrapolar y proyectarlos en la nueva pareja, que tampoco se quedará atrás, comenzando así una pugna de mochilas o de pasados que si no se le pone consciencia a tiempo puede terminar en el naufragio total de la relación.
Hoy más que nunca hace falta cultivar la consciencia para descubrir a tiempo qué es ego, pasado y patrones repetitivos que nos abocan a la soledad sistemática y qué es lo real, ese espacio donde estamos satisfechos porque no nos alimentamos del pasado, sino que es el verdadero arraigo en nuestro centro y desde el cual divisamos con ecuanimidad, como testigos, tanto los asaltos de nuestra mente reactiva como comprender cuándo nuestra pareja es asaltada por la suya y entonces saber perdonar y perdonarse a sí mism@s.
El Amor como único camino.
Ante tanta modernidad, ante tanto reclamo social desde diferentes vertientes, nos hemos vuelto insensibles, inmediatistas, faltos de tiempo, utilitarios, necesitados de materia, etc. Hemos de hacer una pausa y bajarnos del mundo de vez en cuando en un ejercicio continuo, para reflexionar y comprender.
Para subsanar el desarraigo y la soledad hace falta cultivar el amor incluso cuando se está sol@, en una renuncia al egoísmo, en aplicarnos a una investigación desapegada de nuestra mente para descubrir a nuestro verdadero enemigo y sus maquinaciones:
la mente reactiva.
Renunciar en lo que se pueda a sus deseos de atención inmediata e infantil para observarla como a un niño travieso que sólo piensa en su satisfacción egótica, comprenderla, aceptarla, perdonarla e ir ligero por la vida. Ese soltar, ese desprendimiento, es el amor con que nos vamos a tratar a nosotr@s mism@s y cuando aparezca esa persona que podría ser nuestr@ compañer@ de vida, entonces podremos brindarle la misma comprensión que nos hemos brindado a nosotros.
Desde luego que esto no significa, bajo ningún concepto, que con estos principios de autoconsciencia exista una pareja de iluminados, al contrario, la vida en pareja es el crisol donde se pone a prueba, y aún más, crece todo aquello que hemos aprendido en la soledad.
Si ambas personas deciden unir sus raíces para convertirlas en un sólo árbol, deben saber que habrá tormentas, sequías y plagas que a veces harán que todo se tambalee, y cómo no, bajo esta consciencia con mucha mayor frecuencia habrá lluvias nutritivas, brisas apacibles y días de sol que revitalicen la unión.
El amor entre dos podría liberar a la sociedad occidental de tanta soledad, porque la pareja puede constituir un firme arraigo del ser humano cuando a la luz de unos principios sanos es un verdadero compartir, un verdadero contar del uno con el otro y un estar ahí en todo momento, tanto cuando hace bueno como en tiempos de tormenta.
Ricardo Martínez
Editor de Ciudad Consciente.
11 comentarios
Respuesta personal. Claro. Sólo hace falta querer de verdad a tu pareja más que a ti mismo. Mucho más. Así el viaje dura toda la vida.❤
P.d Es mo comentario personal sobre la experiencia de vida junto a un ser maravilloso.
Buenos días Antonio, gracias por tu comentario. A la luz del artículo ¿qué opinas de primero amarte a ti mismo perdonándote y comprendiéndote para luego poder dar amor y comprensión a la otra persona desde la Consciencia?
Gracias Ricardo por esas bellas palabras que desde la distancia comparto contigo, el Amor en pareja es un camino de aprendizaje para ambos, de respeto a uno mismo y desde ahí respeto a tu pareja.
Es ver con ojos de amor el Espejo que tu pareja te muestra, porque como dice la palabra Namaste.
Reconozco en ti la luz que hay en mi y tambien deberíamos reconocer las sombras de ti que hay en mi Gracias mil Gracias Ricardo
Gracias por tu comentario chelo. Es cierto, como tú, creo que desde el amor y la comprensión a uno mismo se puede comprender al otro y entonces crecer juntos.
Gracias de nuevo Ricardo, por esta reflexión que expresa exquisitamente lo que yo también pienso personalmente al respecto.. Hace unos meses escribía y compartía esta reflexión, que venía a expresar lo que tú describes con destreza, y que dice:
“Sabes?, me descorazona ver tanta soledad, tantas personas que buscan lo mismo, pero no se encuentran, cada cual con sus normas, con su máximos y mínimos… Una marea de soledades, que por ceguera y necedad, no se llega a conectar, y la vida pasa…”
Yo creo que no debería ser descorazonador, es cierto que incluso cuando las personas nos reunimos es para sacar a pasear nuestras soledades un rato, pero pienso que arraigándonos en nuestra esencia es posible el encuentro con el otro, desde dentro hacia fuera, al ver que lo que le pasa al otro te pasa a ti también, porque al final compartimos la misma esencia.
Y gracias por tu comentario Teresa.
Buenos días Ricardo muchas gracias por esa reflexión yo creo también que se puede vivir en pareja y ser uno solo.
Gracias por tu comentario, Amelia. Hay que cultivarlo, pero es posible.
Muy cierto…… Me encantó!
Gracias, Susy, por comentar.